jueves, 1 de marzo de 2012

Combatir el estrés y la ansiedad

Muchas veces ansiedad y estrés se usan como sinónimos, entendiendo en ambos casos un mismo tipo de reacción emocional, caracterizada por alta activación fisiológica. El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio, una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día se confunde con una patología. Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar desencadenando problemas graves de salud. La ansiedad es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. 

Los síntomas más frecuentes en el individuo en ambos casos son tanto de tipo físico o fisiológico (sudoración, respiración acelerada, temblor,…) como emocional (sentirse constantemente nervioso, irritable, inseguridad,...).
 
Los especialistas recomiendan para todos los casos el entrenamiento en respiración lenta y la relajación progresiva; confeccionar una lista personal de situaciones que producen los síntomas anteriormente descritos, anotar posibles soluciones a cada uno de ellos, imaginar la forma de enfrentarse a dichas situaciones (empezando por la que produce menos tensión e ir progresivamente ampliándola a situaciones más ansiosas), intentar practicarlas en la vida real y por último intentar no tener miedo a lo desconocido, tener confianza y mostrar una actitud positiva ante los problemas del día a día que puedan llegar a originar las situaciones de ansiedad.


Con todo esto, y progresivamente, se pueden llegar a conseguir significativas mejoras y poder tener un mayor grado de autocontrol en los síntomas derivados del estrés.

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